viernes, 5 de febrero de 2010

El Estado no apareció en la Historia como la organización política de una sociedad compleja, es decir, nacional, como las que conocemos hoy, que en todos los casos son conglomerados urbanos de países o Estados grandes, medianos o pequeños, sino que apareció como la organización política de una ciudad aquí, otra allá, otra acullá, pero en cada caso se trataba de una organización diferente de acuerdo o en relación con las diferencias que sin duda había entre los que las habitaban, lo que se explica porque en esos tiempos del III Milenio, no se tenía aún conciencia de países sino de concentraciones humanas pequeñas que se iban formando a base de personas y familias que probablemente abandonaban los lugares

donde venían para seguir algún señor poderoso dueño de esclavos, cuyo poder significaba para ellos protección.

Aquí viene bien explicar que en el estudio de los hechos históricos el conocimiento del tiempo en que ellos ocurrieron es muy importante, sucede que en lo que llamamos sociedad occidental el tiempo histórico se mide de dos maneras opuestas: a partir del nacimiento del Cristo contamos los siglos desde los primeros cien años de ese hecho: siglo I, siglo II, siglo X, XV, XIX y XX, en que nos hallamos, pero cuando se trata de sucesos que tuvieron lugar antes del nacimiento de Cristo, es decir, antes del siglo I tenemos que contar al revés y por conjuntos, no de cien años o siglos sino de mil años o milenios.

Los estudios de sociedades antiguas que se vienen haciendo desde hace tiempo indican que las primeras ciudades Estado se crearon ahí en los primeros siglos del III milenio lo que significa que eso ocurrió más allá de los dos mil años antes del nacimiento de Cristo.

Esto es así porque a lo que sucedió antes del nacimiento de Cristo se le fija fecha contando de ese nacimiento hacia atrás, pero a partir del último año y en consecuencia cuando se han contado noventa y nueve años antes de ese nacimiento, o de la era Cristiana, como se dice también, el próximo año es el último de los primeros cien años antes de Cristo.

A esos primeros les siguieron otros cien y cien más, que sumaron trescientos, y luego cien y otros cien con los cuales se llegó a quinientos

años antes de Cristo, y transcurridos quinientos más, se llegó a los mil, o sea, al primer Milenio.

Pues bien, si las ciudades Estado aparecieron en los primeros tiempos del III Milenio, pudo ser que quedaran establecidas en los años cien o doscientos de este III Milenio, o lo que es igual en el año 2800 antes del nacimiento de Cristo, y como desde ese nacimiento hasta ahora se cuentan casi 1990 años, o diciéndolo en números redondos, 2000 años, tenemos que hace 4800 años que el Estado apareció en la historia.

Ahora bien,¿en qué lugar o lugares apareció el Estado?

Hasta donde ha llegado la investigación arqueológica lo que se ha descubierto como lugar de origen del Estado indica que fue la Mesopotamia, palabra griega que significa zona o lugar entre ríos porque la región que lleva ese nombre está entre los ríos Eúfrates y el Tigris.

Allí estaba la región de Babilonia cuya porción sur se llamaba Sumer y sus habitantes fueron los sumerios y la del norte se llamaba Akkad, habitada por los acadios.

Babilonia era además el nombre de una ciudad, que figura en la historia religiosa con el nombre de Babel, el lugar donde se construyó la torre de ese nombre y también los afamados jardines babilónicos.

Allí, en Mesopotamia, las ciudades Estado fueron varias como Ur, Lagash, Eridu, Umma, y todos esos Estados tenían una característica social: estaban dirigidos por esclavistas, dato muy importante porque indica que el Estado apareció en la Historia como producto de la existencia de una clase que dominaba a otra, en ese caso, a la de los esclavos.

Un autor soviético llamado N. G. Alexandrov, dice que “En diversos países y en distintas etapas de su desarrollo, el Estado esclavista adopta diferentes formas. En los países del antiguo oriente (Egipto, Babilonio, Asiria, Persia, India, China, etc.) presentaba la forma de la monarquía despótica. En las monarquías orientales el jefe del Estado se elevaba a la categoría de un dios y su autoridad era indiscutible para todos los miembros de la sociedad. Esas monarquías se caracterizaban por una considerable centralización del gobierno, sobre todos en cuanto a los asuntos guerreros y a las finanzas, y por un aparato burocrático bastante complejo”

Pero las ciudades Estado no fueron siempre gobernadas por esclavistas que sometían a explotación a sus esclavos. Al hablar de Maquiavelo dije que en la época en que escribió El Príncipe, en los primeros años del siglo XVI Florencia era una ciudad Estado, y para esa época en Florencia no había ya esclavos, pero otro tanto hay que decir de Venecia y de varias ciudades italianas.

En Venecia, por ejemplo, durante más de tres siglos los gobernantes era de tipo monárquico -los dux- y el poder se heredaba exactamente como viene sucediendo en Inglaterra, en Holanda o en Suecia desde hace siglos.

El Estado esclavista perduró largamente. En una Historia de la Antigüedad dedicada a los países de Oriente, en su edición de lengua española se dice “El Estado esclavista egipcio existió durante cerca de 2500 años; desde el final del IV Milenio (esto es, desde muy cerca del III porque los años de antes de Cristo se cuentan de mayor a menor) hasta el año 525 antes de nuestra era, en que fue conquistado por los persas” y se explica que “En la sociedad egipcia hallábase extendida la esclavitud. Una parte de los esclavos estaba constituida por prisioneros de guerra (etíopes o libios) que los reyes de Egipto traían de sus campañas. Un soberano de la IV dinastía se enorgullece, en sus inscripciones, de haber hecho una vez 1100 prisioneros y otra 7000. Pero además de dichos cautivos, había también esclavos egipcios; el esclavizamiento de hombres libres es mencionado en inscripciones que datan de fines de Imperio Antiguo. También se sabe que los esclavos se compraban y se revendían.”

Más adelante explica que “En el apoyo del Imperio Antiguo, Egipto era un Estado despótico que defendía los intereses de la nobleza esclavista. El Estado egipcio fue más potente y más centralizado que el Estado de Sargón en Mesopotamia”

También dice que “El rey, más tarde llamado faraón de per áa, (que en egipcio significa la “gran casa”) gobernaba como dueño absoluto; para reforzar su prestigio había sido divinizado y proclamado “gran dios”; un culto fastuoso rodeaba a su persona y el derecho de besar su sandalia era considerado honor insigne. Los artistas, lo representaban en medio de las divinidades, como igual a éstas.”

Debemos saber que en Mesopotamia se formaron varios Estados y algunos de ellos llegaron a ser importantes dentro de los límites de ciudades Estado; debemos suponer que lo mismo sucedió en Egipto, sobre todo si a juzgar por las muestras de poderío de algunos faraones, no puede haber duda de que en sus orígenes el Estado egipcio fue por lo menos tan poderoso como el de Babilonia, aunque se sabe muy poco de los orígenes del Estado en Egipto.

La existencia del Estado es el resumen de todo lo que una sociedad ha acumulado en los siglos en que ha ido desarrollando sus capacidades para enfrentar los problemas de la vida en común; acumulación en creación de métodos de trabajo o hábitos destinados a producir alimentos, protección contra los climas radicales, sean fríos o cálidos; un lenguaje, una manera de escribir ese lenguaje, armas para defenderse de otros hombres o de animales feroces, casas en que guarecerse, remedios para los quebrantos de salud, manera de domesticar los animales, conocimientos de las señales que comunican cambios en la Naturaleza; y los griegos, tan vez porque fundaron sus Estados muchos siglos después que otros pueblos y por tanto pudieron acumular más conocimientos que aquellos que formaron

sus Estados con anticipación, crearon los suyos con una riqueza de atributos que los colocó a la cabeza de todos los que les precedieron.

Eso no quiere decir que todos los Estados griegos formaron Estados avanzados, pero el hecho de que lo hicieran los atenienses convirtió al Estado de Atenas en un modelo sobre el cual acabarían formándose muchos siglos después los más importantes de los países de Occidente, y de haber tenido Egipto alguna influencia en la creación del Estado ateniense, Egipto figuraría hoy entre los países occidentales.

Debemos aclarar que las ciudades Estado no se limitaban territorialmente al tamaño que ocupaban sus casas, calles y templos sino que los campos que las rodeaban eran parte de ellas.

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